La medicina preventiva es mas económica y mejor que la curativa. En cuanto al bienestar de los edificios, más vale prevenir que reconstruir.
¿Alguien duda que la medicina preventiva es mas económica y mejor que la curativa? Si cuando nos sale un granito en la piel, enseguida vamos al médico para que nos lo quite y nos diga si es malo o no… ¿Por qué si en nuestro edificio sale una grieta en la fachada no hacemos lo mismo?
Esa grieta puede tener diversos orígenes y si la reparamos podemos evitar que entre el agua, el frío y los agentes atmosféricos y que se nos agrave el problema.
Para nosotros un edificio es un ser vivo que respira, tiene piel, esqueleto, pies, piernas, neuronas y otras partes similares a nosotros.
Y a lo largo de siguientes entradas contaremos cómo abordamos, diagnosticamos y tratamos las principales dolencias de estos seres de piedra.
Lo normal es que un edificio esté sano y se vaya fortaleciendo, poco a poco, durante su infancia hasta que cumple 10 años. Pocos son aquellos edificios que tienen problemas en los 10 primeros años, tan solo aquellos que han sufrido durante la gestación o el parto.
Bien es sabido que los malos hábitos de los padres y sobre todo una mala construcción hacen que algunos edificios nazcan enfermos. No obstante, lo normal es que sea un edificio sano.
También enferman los edificios a lo largo de su vida. El entorno, el subsuelo, el uso que le demos y los cuidados que le prestemos harán que ese edificio enferme más o menos a lo largo de su vida. Al igual que cualquier otro ser, si está mal alimentado, mal cuidado, dejamos que el frío y la lluvia lo ataquen enfermará y lo hará antes o después dependiendo de si al nacer era vigoroso o ya venía enfermo.
Del mismo modo que las parejas desean hijos, todos tenemos la necesidad de tener un hábitat donde desarrollarnos, nuestros edificios son fuente de ilusión personal tanto en el ámbito familiar como en el profesional.
Para unos tan solo dejar un poquito de sí mismo para la posteridad, para otros un elemento necesario en su vida, una obligación, y, para la mayoría, una ilusión de futuro.
Y para que ese futuro en nuestro edificio sea duradero, compartiremos en este blog la experiencia diaria en nuestros trabajos que a otros les puede servir para preservar todas las ilusiones que caben entre sus cuatro paredes.