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Hoy trataremos un tema muy molesto, las temidas goteras. ¿Cuándo voy a terminar con ellas? ¿Cuándo podemos dar por reparado el problema? Analizamos cómo detectar una gotera y cómo acabar con ella.

Comenzaremos diciendo que, ni todas las goteras son iguales, ni todos los procedimientos de reparación son iguales. Es más, en algunas ocasiones algunos de los procedimientos a realizar pueden ser hasta contraproducentes. Esta última cuestión nos da para mucho, por lo que trataremos este tema en un artículo posterior.

En este caso, nos centraremos en tratar de explicar la complejidad global de esta patología y el gran abanico de posibilidades que el actual mercado ofrece, incluso como tendencias, para poder realizar una correcta reparación.

Al final del artículo habremos conseguido responder a la pregunta que planteábamos al principio: ¿Cuándo se puede dar por terminado un trabajo de reparación de goteras?

¿Por qué es tan difícil detectar una gotera?

detección de goterasLa respuesta filosófica que podemos ofrecer en este sentido es que “el agua no tiene huesos”. Esto quiere decir que, pese a que podemos llegar a intuir los posibles puntos de entrada de agua en las edificaciones, sin los convenientes ensayos, pruebas y catas, no se podrá determinar el motivo concreto de las goteras.

La experiencia nos dice que, en todo lo relacionado con el mundo de las goteras, las apariencias engañan. Y como ejemplo de ello, no siempre las filtraciones de agua que producen goteras, se producen de arriba a abajo. Recordando al intrépido Forrest Gump: Hay veces que incluso llueve de abajo hacia arriba. Cada gotera, cada filtración, cada problema originado por esta patología, requiere un estudio concreto.

¿Cómo determino el punto de entrada del agua?

Como acabamos de comentar, determinar la entrada de agua a una edificación simplemente por mera observación, es una tarea muy difícil, diríamos que casi imposible.

Lo más habitual a la hora de presupuestar una gotera, es que se haga una visita para ver el problema, se realice un presupuesto en base a las observaciones e información recogida y se proceda a la reparación. ¡Qué bien!, han venido enseguida, lo han visto enseguida y lo han reparado enseguida. Y por desgracia, la mayoría de las veces, la gotera vuelve con la misma rapidez que fue reparada en el pasado.

Las goteras, filtraciones, humedades, etc. requieren un estudio muy concreto. Y a menudo, deben realizarse pruebas que nos muestren por dónde entra el agua y cómo lo hace, y como pasa en muchas ocasiones: Lo barato, sale caro.

Para poder haceros una idea, enumeramos una serie de posibles causas:

  • Falta de mantenimiento de las edificaciones = Goteras.
  • Instalaciones antiguas que llegan al final de su vida útil = Goteras
  • Perforación de elementos impermeabilizantes = Goteras.

Podríamos continuar con un sinfín de posibilidades: revestimientos de paramentos verticales incorrectos, encuentros de elementos en cubierta mal resueltos, sumideros mal colocados, rotura de bajantes escondidas tras la tabiquería, cambios de carpintería con malos sellados, láminas asfálticas cuarteadas por el paso del tiempo, tejas rotas y un largo etcétera.

Goteras, goteras y…goteras.

Por tanto, poder determinar el origen de una gotera requiere mucha experiencia y poder llevar a cabo las pruebas pertinentes. No hay más truco.

Una vez localizada, ¿Cómo reparamos la gotera?

Una vez localizado el problema, su reparación se convierte, permitirnos decirlo así, en una cosa secundaria.

Como decíamos antes, el mercado actual ofrece una gran variedad de productos para poder utilizar en la reparación de goteras. Dependiendo del origen del problema, en la mayoría de los casos, podremos disponer de varias soluciones. Habrá que tratar de alcanzar, junto con el cliente, la solución que más le pueda convenir, tanto desde el punto de vista técnico como desde el punto de vista económico.

Un problema, puede tener varias soluciones.

Pongamos por caso una de las reparaciones más recurrentes a las que nos enfrentamos: goteras en una edificación porque los materiales que conformaban la terraza han llegado al final de su vida útil.

reparación de goterareparación de gotera

Pongamos por caso, dado que es una de las reparaciones más recurrentes a las que nos enfrentamos, que se estén produciendo goteras en una edificación porque los materiales que conformaban la terraza han llegado al final de su vida útil.

Las soluciones que se pueden llegar a plantear en un supuesto como el que hablamos, son muchas y muy variadas. Se pueden plantear soluciones de reparación con impermeabilizantes líquidos, como acrílicos o de poliuretano, impermeabilizantes tradicionales como son las láminas, etc.

Del tipo de producto escogido y de la calidad del mismo, variará la durabilidad de la reparación y la posible garantía que haya que ofrecer por la misma. ¡Ojo! Volvemos a decirlo: no todos los productos que a priori parecen ser eficaces lo son, si no se usan como debe. Hay veces que es peor el remedio que la enfermedad.

Tal y como comentábamos anteriormente, habrá que llegar a un entendimiento con el cliente para alcanzar la solución que mejor encaje con sus necesidades. Es por esta razón, y no por otra, por lo que decíamos antes que el procedimiento de reparación, se convertía en una cosa secundaria.

¿Cuándo se acaba la gotera?

Respondiendo a esta pregunta, os diré que la gotera se acaba, cuando ya no entra agua. Y la única forma de saber si entra agua o no, pese a que el en 90% de las ocasiones no se haga, es realizar una prueba de estanqueidad.

goteras reparada con impermeabilización

En próximos artículos os hablaremos de cómo hacer una prueba de estanqueidad. Mientras tanto, os hacemos unas preguntas: ¿Qué problemas habéis tenido con las dichosas goteras? ¿Habéis conseguido acabar con el problema? Contadnos en comentarios, estaremos encantados de charlar con vosotros.